La arquitectura, en su esencia, no se compone solo de ladrillo, cemento y hormigón. Los edificios requieren vínculos y afectos para mantenerse vivos a lo largo del tiempo. La casualidad ha permitido que el actual CCR exista gracias a multitud de historias olvidadas como la de Hilario López y su Antigua Bodega de la Virgen.
Lo que hoy conocemos como Centro de Cultura del Rioja (CCR) que se ubica en la casa solar de la familia Yanguas a principios de siglo XX era antes de la construcción un conglomerado heterogéneo de casas, construidas, reformadas, derribadas y alineadas a lo largo de la historia conformando una manzana de una gran complejidad entre las calles Mercaderes, Ruavieja y Mayor.
Gracias a la valiosa información aportada por M ª Teresa Álvarez Clavijo y M ª Pilar Salas Franco en su Estudio histórico artístico del casco antiguo de Logroño: Mercaderes, Barriocepo y Casa de la Virgen (2000), se puede concretar donde se encontraba realmente, la Antigua Bodega de la Virgen de Hilario López dentro de esta manzana.
Especialmente, ha resultado de gran ayuda conocer la numeración de los edificios de la calle Mercaderes y su distribución interior. Hoy sabemos, que el mostrador del almacén de vinos no se localiza en el edificio principal de la "Casa de la Virgen", si no en el edificio contiguo de Mercaderes, 19, que tenía como elemento característico su ático amansardado de `pizarra proyectado por Fermín Álamo en 1927.
Por este mismo estudio tenemos conocimiento que su calado, se encontraba debajo de los edificios de Casa de la Virgen y de la casa citada de Mercaderes n º 19 teniendo acceso por este último lugar, es decir por los comercio o almacenes existentes ahí, no por la puerta decorada donde se sitúa el escudo de armas.
Los edificios de esta manzana que hoy ocupa el CCR tuvieron en el pasado un uso intensivo y la casa de mercaderes, 19 y su calado no fue ajeno a esas circunstancias, variando innumerables veces su función y propiedad.
Así, nos ha llegado noticias que a principios del s. XX existió en este lugar un acreditado figón regentado por "el Rana de Murillo" afamado por sus callos. Más adelante, le dio el relevo otro figón muy reconocido en Logroño como fue el de "el Navarro" que nuevamente se trasladó a otro lugar. En 1916 se convirtió en el almacén de vinos de Nicasio Sáenz que vendía a 4,75 la cántara y 0,30 el litro de "vino puro de cosechero". Posteriormente, se estableció la baulería de Melchor Domeque apodado "el maño".
Imágenes de anuncios publicitarios del periódico La Rioja 1928 y 1938.
A partir de 1928, tras la reforma de Fermín Álamo, se establece una continuidad en el uso de este local comercial como bodega.
En ese año, se inaugura el almacén de vinos El Mono, bajo la dirección de Francisco Sáenz de Santamaría.
Este periodo será de gran transcendencia ya que el almacén se convierte en bodega elaboradora. Con esta finalidad se reforma el calado y se sacan hasta 30 piedras de sillerías de gran tamaño. Se compran bocoyes, barricas bordelesas, un motor para los trasiegos y se adquiere uva para su vinificación. En 1931, por ejemplo, se compraron 12.000 arrobas de uva.
El negocio marcha razonablemente bien y en 1932, gracias a una permuta de fincas, Ponciano Sáenz de Santamaría adquiere la totalidad del edificio. Por primera vez, la titularidad de la casa y bajos de Mercaderes, 19, no está fragmentada y pertenece a una sola familia.
El Mono, cerrará algunos años durante la guerra civil y en 1938 anuncia su reapertura añadiendo como socio a Nemesio Medrano. Esta alianza es corta, ya que ese año fallece Francisco Sáenz de Santamaria y continuará en solitario Nemesio.
A partir de 1938 el almacén y bodega El Mono, pasa a denominarse La Antigua Bodega de La Virgen, nombre más acorde con los nuevos tiempos. Estos primeros años de la Bodega de la Virgen coinciden con la posguerra española y dada la escasez de abastecimientos fueron tiempos difíciles para su supervivencia.
Así, en este periodo veremos que se venden junto a los tradicionales vinos tintos y claretes propios, graneles de alta graduación de otras regiones para coupages.
En 1948, Hilario López se hará cargo de este almacén y bodega.
LOS TIEMPOS CAMBIAN TAMBIÉN EN LAS BODEGUILLAS.
Los almacenes de vinos fueron de vital importancia para el éxito de El Rioja.
Estos lugares, protagonizaron la distribución en cercanía y eran vitales para que los pueblos vinícolas vendieran sus caldos directamente al consumidor doméstico o a la cada vez más importante hostelería. No todos los municipios disponían de bodegas exportadoras próximas, ni posibilidades de llevar la uva a estos lugares, por lo que esta comercialización en proximidad era era la más idónea y una de las más populares.
Se podía decir que sus propietarios eran los representantes de su pueblo en aquellas poblaciones donde existían estos almacenes. Su labor de intermediación más allá del vino fue de gran importancia.
También, eran espacios populares de sociabilidad de primer orden y muchas veces tenían asociada la actividad de figón o taberna y otros negocios como abacerías etc.
Las bodeguillas de antaño desaparecieron tal y como las conocieron nuestros abuelos y hoy, solo quedan unos pocos reductos como testigos de otra época.
En 1938 la bodeguilla El Mono ya disponía de teléfono para gestionar sus pedidos a domicilio.
Hilario López, el protagonista de los últimos momentos de esplendor de la Bodega de la Virgen y una persona con cultura del Rioja.
Fue agricultor-viticultor, almacenista de vinos tintos y claretes, tuvo taberna, y en la Antigua Bodega de la Virgen, elaboraba vinos en pequeñas cantidades... Su trasversalidad, fue destacada y sin duda, este riojano "de bodeguilla" y sabiduría popular fue una de tantas personas anónimas que han hecho posible "el Rioja" que hoy conocemos y valoramos.
HILARIO LÓPEZ, ANTES DE SER PROPIETARIO DE LA ANTIGUA BODEGA DE LA VIRGEN.
Era originario de Corera (La Rioja), nació en el seno de una familia dedicada a la agricultura. Tras casarse en 1919 con Isidora Marco Bretón de El Redal, continuó ejerciendo de labrador al menos hasta 1925, año en el que se tiene constancia que fue concejal de su pueblo. Durante esta década, estableció un almacén en Logroño en la calle San Juan, 6, donde vendía los caldos propios y de sus paisanos de Corera.
Entre 1926 y 1927 se traslada a Logroño y teniendo la actividad de almacenista un carácter habitual, el consistorio municipal le instó en 1928 a que llevara una cuenta corriente o registro de entradas y salidas de los vinos que allí se vendían.
Al poco, abre en el mismo lugar la taberna, que se denominara "El Tercio" que daba comidas y tenía al menos 11 bocoyes (cubas grandes) y algunas barricas bordelesa de vino para su venta al por menor y mayor.
En 1943 establece otro almacén en la calle Sagasta, 27, pero lo cerró en 1944.
A finales de 1947 traspasa el negocio de la taberna "El Tercio", por entonces muy acreditada y comienza su periodo en la Antigua Bodega de la Virgen de la calle Mercaderes, 19.
Imágenes: Publicidad dos anuncios en el Indicador de la Provincia de Logroño de1930 y 1935.
HILARIO LÓPEZ Y LA BODEGA DE LA VIRGEN
Imágenes: 1.- El primer anuncio de1948 de Hilario López regentando la Bodega de la Virgen, Abajo el vino y abajo su bodega subterránea. 2.- Rótulo desvanecido de almacén de vinos y licores en lo que fue el dintel de la puerta de Bodega de la Virgen (almacén)
En 1948 Hilario López se hace cargo de la Bodega de la Virgen de Prudencio Sáenz de Santamaría, padre de Francisco propietario de la citada Bodega El Mono, que también como él, es de Corera (La Rioja) por lo que existe una buena relación de paisanaje y probablemente, en algún grado, son familia.
Ese año, la Comisión municipal de arbitrios, le autoriza para el establecimiento de un depósito de vino, debiendo previamente ingresar en Alhóndiga la fianza de 5.000 pesetas; para poder practicar el aforo correspondiente.
Los tiempos son mejores para el país y para los negocios. Se compran barricas y tinos nuevos y se dan meriendas... Bien nos podemos imaginar, que en esta bodeguilla no faltaban las grandes latas de sardinas, las alegrías riojanas, los soldados viejos y otros salazones para acompañar el vino de cosechero y como era costumbre, ocasionalmente se utilizaba el horno de alguna de las cercanas panaderías para algún asado.
En noviembre de 1954, la normalidad se altera en la Bodega de la Virgen la desgracia llega, y es noticia en la crónica de sucesos el peor accidente posible. Limpiando un tino fallece un obrero por tufo y es atendido en el hospital el propio hijo de Hilario.
Imagen: La Nueva Rioja, 05/11/1954
En la década de los 60 el negocio se va adaptando a los nuevos tiempos y como en todos los almacenes de vinos, se vende todo tipo de bebidas no solo sus graneles. Entre su oferta están las cestas de Navida, tampoco faltan las habituales gaseosas, refrescos, espumosos y licores de todo tipo.
La fecha exacta en la que que Hilario López Torres concluye su actividad al frente de este negocio no la sabemos, pero en 1970 podemos leer un anuncio donde se vende o alquila la afamada Bodega de la Virgen de los Cuatro Cantones.
A partir de esos años, este local y bodega ya no gozará del esplendor de otras épocas ni de su animación. Las calles del casco histórico de Logroño progresivamente se irán quedando sin sus gentes.
Imagen. Aspecto actual del calado de la bodega de la Virgen, actual CCR.
Imágenes: Dos anuncios de la Nueva Rioja de 1960, en el que se vende la tradición de la bodeguilla de cosechero con sus vinos tinto y claro y las nuevas bebidas de moda.
¿No sé que diría Hilario López Torres, si hoy contempla el calado de su querida Antigua Bodega de la Virgen y viera que es el corazón del Centro de Cultura del Rioja (CCR), de su querida Rioja?
Tuve el placer de conocer a Hilario de niño y en su casa, Villa Tonchi, situada en la carretera de Navarra, compartí con él el emocionante momento de la llegada del hombre a la Luna mientras me atiborraba de galletas un pelín rancias de una caja de galletas María de 5 kg. En las numerosas desconexiones dábamos de comer a los conejos y gallinas que casi me gustaba más.
Aunque estos recuerdos son significativos, su cariño fue aún más valioso. Por ello, quiero dedicar este post a su memoria. ¡Un hombre importante en mi vida!