EL CAFÉ PUERTO RICO (hoy, TÍVOLI)
Santi de Santos, Actualización 11 de abril 2025. /⭕ Publicado con anterioridad en Historias del Comercio y la Industria Riojana de Santi de Santos (29/01/2016) | santidesantos@gmail.com
El café Puerto Rico era un café histórico de Logroño donde trascurrió la vida de la ciudad y se podía haber escrito la historia de la cercana Plaza de Abastos. A partir de 1936 este café, se convirtió en el Café Tívoli.
El Puerto Rico en Logroño, además de café, tenía restaurant completamente independiente del Café. Y según decía su publicidad: "un elegante comedor, el único de más higiene en todo, el mas bonito que existe", en el que se podía almorzar por ejemplo: "callos a La romana, paella valenciana, pastel a la indiana y cabeza de jabalí". pero también en determinados acontecimiento comer langosta y otras delicatessen.
El 'Puerto Rico', fue un café restaurante, favorecido por su cercanía a la Plaza de la Verdura, se localizaba en la calle San Blas, 11-13 (hoy, Capitán Gallarza / Peso) y era un lugar de obligada visita.
Antes de que se hiciera con el traspaso Romualdo Trapero Bajo sobre 1902, fue una casa de comidas. y a partir de que Romualdo adquiere el café Habana en 1905 se hace cargo del mismo, Nicolás Sáenz Martínez y Consuelo Trapero.
En 1911 es embargado la totalidad de sus bienes, y por un corto periodo de tiempo se busca nuevo propietario, finalmente, se hace cargo de dicho negocio el hijo de Romualdo Sebastián Trapero LLorente.
Sebastián Trapero, antes de ser el propietario de este café, lo fue de una tienda de comestibles especializada en el tostado de café en la calle Mercado, 39. Su tostadero era famoso y se anunciaba como novedad que tenía un aparato con un sistema patentado para este fin.
Más tarde este comercio (1908) se convirtió en la afamada Tupinamba, un lugar elegante donde muchos tomaban su "café con aromas concentrados" o se dejaban seducir por un té o un "chocolate de cacao puro" acompañándolo de un sobado o un bombón. En 1910 se anuncia su traspaso.
Sebastián Trapero, propietario del café Puerto Rico, es además de un importante industrial hostelero, un virtuoso guitarrista. Su popularidad e es considerable, realiza algunos bolos, incluso en el teatro Bretón de Logroño. Pero especialmente, podemos destacar sus actuaciones en 1942 como guitarrista en el café Ibiza con José Blanco conocido por entonces como el "Marchenita". Ambos en su trayectoria artística cambian sus nombres y se hacen llamar respectivamente "Pepe Blanco" y "Sebastián Llorente" (su segundo apellido). "Ese mismo año, consiguen contactar con el empresario Juan Carcellé que los presenta en el Price de Madrid el Sábado Santo de ese mismo año, donde tuvieron éxito desde el primer día" [https://blr.larioja.org/temas-de-interes/casi-todo-pepe-blanco-1].
En 1936 el café Puerto Rico se convierte en el Café Tívoli, que todos hemos conocido en alguna de sus diferentes etapas y que hoy también podemos visitar.
En 1911 se subastan la totalidad de los bienes muebles del Café y restaurant Puerto Rico, lo que nos da una descripción muy detallada de estos bienes y de como era este café-restaurant en aquella época.
Así podemos afirmar que era un café amplio, que decoraba sus paredes con diez lunas espejo con marco. con iluminación a gas y el clásico reloj de cinco campanas. Sus ventanas y puerta tenían cristales blancos y otros labrados en verde y tamizaban la luz en su interior y le conferían un ambiente acogedor.
En su distribución, estaba separada el área del café de la de restaurant con una cancela de cristal y tenía capacidad para unas 140 personas sentadas.
La mayoría de sus sillas de madera estaban pintadas en "colorado" con asientos blancos de rejilla y otro número menor eran solo encarnadas a éstas, había que sumar una docena de bancos tapizados. Estas sillas acompañaban a treinta y tres mesas con tapa de mármol y otros tres veladores con patas de hierro fundido, siendo uno de ellos redondo.
Su mostrador también con piedra de mármol de unos tres metros de largo se complementaba con un aparador de ese material de dos cuerpos de las mismas dimensiones de ancho que el mostrador y de tres metros de alto, que muy probablemente daba servicio a la zona de café. Luego existía otro mostrador y aparador similar para la zona del restaurant.
Para guardar las botellas existían unas estanterías, una de ellas con vidriera y las otras dos largas de madera.
Y, entre sus utensilios destacaban los destinados al café. Para ello disponía de un armario de madera exclusivo para guardarlo, un depósito de hierro para conservarlo, un baño maría de cobre, dos filtros, un tostador de gas, un molino, dos pucheros con cazo de metal, una cafetera, lechera y cincuenta servicios para su servicio.
También disponía de una nevera, un lavabo, una prensa para carnes, una fuente, fregadera de zinc y madera, una cocina económica para restaurant y otra para el servicio del café, baterías de cocina...
Su menaje del café y comedor era muy variado:
Ciento cincuenta copas de agua y otras cien de vino grabadas con el nombre del café, medio centenar de copas para cerveza y refresco; una docena de botellas para agua, doscientos platos; ciento cincuenta copas de licor con su plato y una docena para jerez y champagne, otro numero similar para el servicio de chocolate; seis teteras, centenares de servilletas y manteles de hule etc.
Dentro de las bebidas, tenía de existencias más de setenta botellas de licores variados y varios garrafones de anís, ron y ojén (aguardiente) que nos pueden indicar la preferencia mayoritaria de sus clientes.
Imagen.- Cafetera de émbolo para café y leche, "el cacillo".
¡¡Todavía no había llegado la cafetera express!
Para el café para preservarlo de la humedad, disponía para guardarlo de un armario de madera con un recipiente de cobre en su interior, un baño maría de cobre, un cilindro de cobre y dos filtros (al parecer se usaba el tradicional sistema por goteo que, por entonces era frecuente), un tostador de gas, un molino, dos pucheros con cazo de metal, una cafetera, lechera y cincuenta servicios.